Enmarcados en un gran misticismo Maya, los cenotes son la muestra de que esta población ha vivido desde tiempos ancestrales integrados a los ciclos de la naturaleza, en donde consideraban que en éstos se encontraba a Xibalba, el inframundo. Y al ser morada de dioses, les dedicaban mediante rituales diversas ofrendas que eran depositadas en las profundidades de ese submundo.
Explorar este mundo inundado de los cenotes, para descubrir e interpretar lo que sucedió, representa un gran reto para científicos, y a exploradores que los nutren con sus hallazgos. Los cuales se interpretan, conservan y exhiben convirtiéndose en verdaderos museos in situ.